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Varoncitos en casa: Todo un reto como mamá

junio 4, 2020

Cuando estábamos embarazadas escuchábamos que si tenemos un hijo varón, era mejor armarnos de paciencia porque lo que se venía era una tarea muy difícil.

Y la verdad no se equivocaron, criar niños es una situación que conlleva más tiempo de enseñanza, tolerancia y sobre todo firmeza. Los varoncitos son más activos y siempre están en movimiento, lo que supone que nosotras estemos más alertas.

 ¿Cómo son los niños?

– Por lo general son más sociables, pero menos expresivos, es recomendable darles mucho afecto y ser cercanos para ayudarlos a liberar sus emociones de manera correcta.

– Tienden a un temperamento fuerte, en algunos casos pueden ser más agresivos que las niñas, pero desde pequeños podemos ir moldeando su carácter.

– La mayoría son bastante activos, siempre están de un lado para el otro, por eso siempre debemos estar alertas.

– Aparentemente son más toscos que las niñas, así que es bueno hablarles y sugerirles cómo comportarse en grupos mixtos.

– Como son más activos, la ropa les dura menos, que no nos sorprenda si a medida que crecen con frecuencia llegan con las zapatillas o polo rotos. Comprar detergente extra es una excelente opción.

¿Cómo podemos educarlos?

– El amor es el ingrediente perfecto para que el vínculo con nuestros hijos sea placentero y maravilloso, mostrarles afecto siempre ayuda considerablemente.

– Si bien es cierto son inquietos por naturaleza, mostrarles que de vez en cuando deben mantenerse tranquilos, como por ejemplo en una reunión, ayudará a no pasar malos ratos.

– Siempre es importante establecer los límites, puede que no tengamos un carácter fuerte, pero las reglas claras le darán seguridad para saber orientar su comportamiento.

– La disciplina positiva es el mejor aliado en la crianza de los niños, los especialistas recomiendan esta técnica para enseñarles a mejorar su comportamiento.

– Por último lo que más requerimos como padres es tener mucha paciencia, los procesos y la crianza toma su tiempo, así que armarnos de valor es indispensable.

Si somos mamás de varones ya sabemos lo que ello implica.  Lo que no da lugar a dudas es que son “maravillosos” y en el fondo sus travesuras nos dejan recuerdos y anécdotas inolvidables. ¡Ellos son los hombrecitos de la casa y el mejor regalo que la vida pudo habernos dado!