Saltar al contenido

Desarrollo del Bebe y Niño: Retraso Neuromotor y Estimulación

julio 31, 2020

En niños pequeños, el control del niño sano nos permite monitorear el desarrollo de sus habilidades motrices, sensoriales, emocionales y adaptativas.  Algunos niños pueden presentar dificultades a nivel del desarrollo motor y se les dificulta por ejemplo cerrar las manos al centro del cuerpo o alcanzar un objeto. Puedes notarlo también cuando su cuerpo se muestra muy rígido al cambiarlo o lo sientes muy blando, como si sus articulaciones se van más allá de lo que debe ser.   Otros indicios son la demora en girar, sentarse o gatear.

Si observas retrasos en el desarrollo del bebé…

Por lo general, a los 4 meses llevan las manos al centro, a los 6 se sientan, a los  7 intentan a arrastrarse, 9 inician el gateo…, puedes estar enfrentándote a una dificultad neuro-motora o retraso  en el desarrollo. Un trastorno neuro-motor influye en la postura y el movimiento e implica ciertas especificaciones en cuanto a conductas reflejas.   Al nacer el bebe tiene la habilidad para llevar la cabeza al pecho de la madre para alimentarse.  Si gira puede mover las manos para uno u otro lado; puede mantener las manos cerradas si le das tu dedo; si escucha un ruido sobresalta y puede también mover la boca si lo estimulas…  Todo esto responde a actividades reflejas, las mismas que van desapareciendo para dar paso a juntar las manos al centro, alcanzar objetos, comenzar a mover la lengua de forma circular …   Pero si las conductas reflejas permanecen o ves dificultades en su tono muscular, un terapeuta ocupacional o físico puede ayudarte a abordar estos temas para que los movimientos del niño sean óptimos y pueda equiparar sus habilidades motoras.

Comienza en casa estimulando a tu hijo. Al cargarlo,  podemos hacerlo muy cerca al cuerpo tratando que las piernas permanezcan un poco abiertas, buscar que levante la cabeza llamando su atención con objetos que le generen interés alrededor.

Busca también asesoría en juegos que lo favorecen.

  • Si te pones un collar o una nariz roja puedes estimular  ciertos movimientos que tu hijo por interés o curiosidad puede  ir logrando.
  • Es buena idea el juego en la alfombra; es importante que se ensucie, que pueda jugar en el suelo, tal vez con cojines… con cosas que tengas en casa.
  • Son útiles los cuentos, juguetes para encajar, para meter, palas, carros grandes para empujar u otros juegos que puedan estimular su movimiento o desplazamiento.

Sin embargo, si luego de estos intentos en casa no ves avances, es preferible que sea evaluado por un especialista.